Qhapaq Ñan, en lengua quechua significa “camino principal”, en referencia a la red pre hispánica de caminos y estructuras relacionadas de comunicación, intercambio y defensa que se extiende por más de 30.000 kilómetros y que alcanzó su máxima expansión en el siglo XV cuando fue consolidado por los Incas.
El Qhapaq Ñan ha sido reconocido en junio de 2014 por el Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO como testimonio único y excepcional de la civilización inca, así como de la integración cultural de esta amplia área geográfica y del conjunto tecnológico utilizado para su construcción.
Identidad y pertenencia
Es, además, una patrimonio vivo que refleja una cosmovisión única en el mundo, basada en los principios de reciprocidad, redistribución y dualidad, y que le sigue otorgando aún hoy sentido de identidad y pertenencia a las comunidades locales.
Como testimonio del Imperio Inca, o Tawantinsuyu, la red muestra miles de años de evolución cultural y era un símbolo omnipresente del poder y de la extensión del Imperio a lo largo de los Andes. Se basaba en cuatro rutas principales que tenían su origen en la plaza central de Cusco, la capital del Tawantinsuyu. Estos caminos principales estaban conectados con otras redes viales de menor jerarquía, creando redes y conexiones.
Qhapaq Ñan en Argentina
Hoy, este itinerario cultural transnacional está integrado por 137 segmentos y 308 sitios arqueológicos asociados, que abarcan 616,06 kilómetros de caminos a lo largo de los actuales Estados de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
En Argentina, el camino ingresa desde Bolivia por el pequeño poblado de Calahoyo (en la Puna) y atraviesa desiertos, valles y montañas uniendo los territorios que hoy componen las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza; todas trabajan en conjunto bajo la coordinación técnica del INAPL. https://www.cultura.gob.ar/argentina-es-la-nueva-sede-de-la-secretaria-pro-tempore-de-qhapaq-nan_3903/
Cosmovisión
El Qhapaq Ñan tiene influencia sobre las comunidades andinas hasta el día de hoy, particularmente en relación con la organización del tejido social y las filosofías culturales que dan significado a las relaciones entre las personas y la tierra.
Muchas comunidades siguen transitando estos caminos, siendo los principales custodios de los componentes de esta vasta red de comunicación Inca, y siguen transmitiendo de generación en generación las prácticas y tradiciones culturales, incluyendo el idioma, que están a la base de la cosmovisión andina.
La naturaleza o la Pachamama, la madre tierra, tienen un valor central en el modo andino de entender el mundo, que está reflejado en el concepto de “Suma Qamaña”, el “buen vivir”. Desde una concepción animista, esta mirada indígena del desarrollo se basa en una relación armónica y respetuosa del ser humano con naturaleza, en el respeto por la memoria colectiva contenida en la sabiduría de los adultos y el equilibrio entre el individuo y lo social.