Corresponsalía IP.- Guillermo Quiroga, secretario general de ATE, en declaraciones públicas, admitió su preferencia por la dictadura cívico, militar y empresaria que padeció la Argentina, costándole al Pueblo, por desaparición, tortura, secuestro y otros crímenes de lesa humanidad, al menos 30 mil víctimas.
«Lamentablemente, aunque uno discrepa de los gobiernos militares, justamente donde había un mayor orden, prolijidad, había concursos, o por lo general se ingresaba al poco tiempo o se concursaba el cargo, bueno, existió ahí» aseveró el gremiliasta, olvidando que la administración pública fue el sector con mayor cantidad de víctimas durante la dictadura, después de las industrias y la Educación.
«Con la democracia empezó a haber problemas en todos los ámbitos de la sociedad, en la administración públicamente, obviamente…» agregó, el ahora asumido golpista de ATE Chubut, Quiroga.
Lo suyo dejó de ser una apología al fascismo, para adentrarse en un reconocimiento a la peor parte de la Historia Argentina en lo que a crímenes de lesa humanidad refiere, probados y atestiguados por cientos de personas ante los tribunales federales, además de las más ajustadas investigaciones judiciales, sociales y políticas que se pudieran realizar en cualquier país del mundo, luego del horror del nazismo en Auschwitz.
Sin dudas los dichos y la conducción de Quiroga en ATE es una afrenta a la memoria de dirigentes como Germán Abdala, por citar a uno de los cuadros políticos de mayor referencia para la militancia y la conducción de la fuerza sindical de mayor envergadura en el país. Una verdadera lástima que estos ocupacionistas de los cargos, validados por artimañas provinciales, lleguen a donde están, valiéndose de los procesos democráticos que tanto critican, mientras sus actitudes y declaraciones graves, mancillan la memoria de quienes pagaron con la vida las consecuencias del Terrorismo de Estado.
Quiroga, retrocede a las luchas gremiales, a más de 40 años, en todo su egoísmo y evidente mediocridad, para ser uno más del montón que ante el escenario electoral, se arrodilla para besar las carnes hediondas de la derecha que arremete en el país.