ARGENTINA COMO FENÓMENO POPULAR ANTE EL MUNDO Para desgracia de los imperios, el fascismo y los oscuros poderes neoliberales.

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Pasó lo que el fascismo no quería. Argentina sienta un peligroso precedente que va mucho más allá del fútbol como un deporte. Se trata de la trastienda del show, el tratamiento sobre las personas migrantes, los pueblos como actores colectivos que empatizan desde el dolor, la injusticia y las necesidades.

El comercio alrededor del fútbol, se entrelaza con los mismos agentes de la miseria que reinan en el planeta. Son los mismos nombres y empresas que hacen de la compra-venta humana, una acción tan habitual que logran reducir a los seres humanos a su mínimo expresión.

Odian a los pobres, pero sus equipos están llenos de los que mandan a morir en los mares, huyendo de los horrores en territorios diezmados – a propósito- por el hambre, las dictaduras, el extractivismo, por mencionar sólo algunos de los más frecuentes males de esta época.

Así, se echó a andar la maquinaria comunicacional de los detractores de lo popular, que no es otra cosa que decir, la prensa hegemónica y devoradora del fascismo planetario. Acción expuesta por los intentos por defenestrar a la selección argenta para dinamitar su carrera durante el desarrollo de la Copa Mundial de Fútbol.

Sin ahondar en los aspectos deportivos -técnicos- de los que se hablará en abundancia, y centrándonos en los sociales, políticos y económicos, cabe preguntar entonces por las implicaciones de este resultado entre una Francia que se dio a la defensa de un resultado obtenido en la edición anterior y el esfuerzo denodado por una Argentina entrenada en su ferviente deseo al derecho triunfal del premio mayor, para el deporte que convoca extraordinariamente a multitudes.

Bastará mencionar, tan solo al pasar, los mensajes que la Presidencia de la Nación, recibiera por los líderes y liderezas del Continente. Antes que la voracidad de los tiempos, convierta a los discursos en sencillas palabras del momento.

Las narrativas sobre la épica del mundial, se desarrollaron tras la inocultable presencia en Qatar, de la hinchada argentina. Presencia variada de simpatizantes futbolísticos que se destacaron por sus celebraciones, algunos por su turismo «gasolero», el acompañamiento a la denominada Scaloneta y la permanente demostración de una algarabía que fue un bálsamo para muchos de los pueblos atravesados por conflictos bélicos, actuales y recientes.

Quizás nada hubiera sido percibido como tal, si una parte de los Países Bajos -Holanda- no descargaba la xenofobia que llevó a la cancha de fútbol, molesta por tener que compartir un evento mundial con un equipo de deportistas sudamericanos.

Idéntica reacción de la monarquía española que con absoluto rechazo por la avanzada argentina, vio en este resultado ascensional, una afrenta a la otrora usurpadora continental.

LA COPA DE LOS POBRES

¿Qué nos identifica, entonces, como Pueblos? ¿El deseo del galardón deportivo? Si bien puede serlo, no es motivación suficiente y única. La práctica del fútbol, nacida en los espacios públicos de las zonas humildes dentro y fuera de Sudamérica, hermana a las culturas más disímiles, que sin dudas, ven en la historia de los jugadores, sus propias historias humildes. El deporte como salida de la pobreza es para muchos, el sueño y la esperanza del reconocimiento al talento que suponen, vedado para quienes están fuera de las mejores oportunidades de vida.

El abrazo de Messi con su madre

El otro elemento es que quienes triunfan, devienen de estructuras familiares típicas de los estratos medios y bajos de los países emergentes, por tanto, en su momento de gloria, se ha notado a figuras de pre eminencia, celebrar con sus hijos e hijas en brazos, dedicar el premio a esposas, parejas, madres, padres, etc. Con lo que, el retorno a una conducta simple, con afectos reales, es otro denominador común. Ya no aquellos atrapados en los escándalos, los lujos y demás fetiches de clase.

Las fronteras se han desdibujado, para dar paso a la fraternidad entre los humildes. Los Pueblos, también tienen su hora. Desde Bangladesh, hasta la Argentina.


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