VILLA 31: QUE EL GOBIERNO PORTEÑO Y LA JUSTICIA DETENGAN EL DESALOJO* Familias acampan en pleno invierno en un basural.

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Unas 100 familias se encuentran acampando hace 30 días sobre un basural, en un sector de la villa 31 cercano a unos viejos depósitos de containers del puerto.

“La fuerza de las mujeres” es el nombre con el que se conoce a la toma encabezada por 80 mujeres con sus 175 niños que no tienen adónde ir. Este miércoles 21 vence el plazo dispuesto por la justicia para el desalojo con la policía. Hasta el momento el gobierno de Larreta no les ofreció ninguna solución.

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El drama de este centenar de familias desamparadas ocurre en tiempos en que en la Ciudad de Buenos Aires los precios de los alquileres no paran de subir y no existe una política habitacional coherente y articulada.

El único recurso que el gobierno ofrece es el Subsidio Habitacional, que no resuelve el problema durante la urgencia, y mucho menos ofrece una respuesta permanente. El subsidio consiste en 6000 $ durante 6 meses. En muchos casos, se suspende antes de ese plazo.

Una habitación de 3×3 m2 en la villa, con baño compartido, cuesta $10.000 por mes, mientras que un departamento cuesta entre $20000 y $25000. El subsidio habitacional es insuficiente, pero además, según explican en el barrio a las mujeres con sus hijos (sin marido) no les alquilan. Fuera de la villa y con contratos legales son aún más inaccesibles.

Muchas no lograron seguir alquilando donde estaban o fueron desalojadas, otras se encuentran en situación de violencia de género, algunas trabajan por horas, otras perdieron sus trabajos recientemente

Todas tienen en común que se encontraron sin opciones y no tienen a dónde ir. Lo que piden es que les dejen construir sus casas en esas tierras donde actualmente hay un basural y escombros o que les permitan acceder a una vivienda que puedan pagar en cuotas.

Durante las primeras semanas padecieron muchas hostilidades por parte de la policía que las presionaba para que desistan de la toma. Les llevaron los colchones y no les dejaban entrar alimentos o abrigo.

“Entramos comida y frazadas escondidas en los carritos de los nenes”, comentan. No les permitían sacar agua de una canilla que se encuentra a unos metros del lugar y les cortaron los cables de luz durante la noche.

Una de ellas trabaja en una empresa textil, tiene 6 hijos y explica su situación: “El viernes nos dijeron que teníamos 72 horas para desalojar y que, si teníamos algo de valor que lo saquemos, querían asustarnos, y la verdad si vienen y nos sacan, no sé, me quedaré afuera y volveré a entrar, porque yo no tengo donde estar”.*

Con el correr de los días y las noches de frío, muchos vecinos y vecinas se fueron acercando para ofrecer ayuda en forma solidaria.

El movimiento social Somos Barrios de Pie se encuentra organizando ollas populares todos los días, cuadrillas de limpieza para ir nivelando el suelo y quitar los escombros, una posta sanitaria con las promotoras comunitarias para asistir y entregar insumos, y un ropero comunitario, para recibir donaciones de abrigos y juguetes para los chicos, a la par del acompañamiento de la consejería de género con las promotoras comunitarias de la zona.

Durante el último año, en la Ciudad de Buenos Aires tanto la pobreza como la indigencia se duplicaron y las desigualdades sociales se profundizaron fuertemente.

El desalojo, la violencia y la exclusión no son el camino. El gobierno porteño debe intervenir urgente y ofrecer una respuesta habitacional efectiva para garantizar el cumplimiento del derecho a una vivienda digna para las 100 familias.


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