Las bases que componen el amplio espacio electoral que es el Frente de Todos, comienzan a plantear como una solución, dar forma jurídica a la alianza electoral, ante el escenario actual y futuro para el peronismo y sus aliados.
En el caso del socialismo, han planteado el eje: «Detener la ofensiva derechista, recuperar la iniciativa política e institucionalizar el Frente» exposición que públicamente realiza Jorge Rivas, socialista en el Gobierno Nacional, director de Accesibilidad en el Transporte, mediante un documento que rubricó y que está firmado también por otros/as dirigentes/as de la Confederación Socialista, espacio político integrante del FdT.
Así es que el planteo, dice: «Nuestro país vive horas muy complejas en lo social y económico y ello se ha agravado dramáticamente en términos institucionales, tras el fallido atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, la principal figura política del país. Los autores materiales del intento de asesinato integran, según lo sabido hasta hoy, una constelación de organizaciones neonazis con variados vínculos con la derecha, hoy en pleno proceso de radicalización.
Se trata de un mecanismo perverso de retroalimentación entre sectores de la política y grupos extremistas que se retroalimentan recíprocamente, sin dejar espacio para la moderación: los dirigentes de la derecha extreman sus posiciones fundamentalistas, con la intención de no perder el acompañamiento electoral de los segmentos atrasados y reaccionarios de la sociedad.
Así se va generando un clima peligroso, denso, por momentos asfixiante, en el que la insatisfacción y el descreimiento van ganando terreno social, al punto que hay encuestas que aseguran que, en la zona metropolitana, más del 50 % de los consultados creen que el intento criminal fue un ardid para victimizar a la Vicepresidenta.
Mientras tanto, la manipulada causa de la obra pública de Santa Cruz avanza hacia una segura condena, más allá de las múltiples y groseras irregularidades del proceso judicial, sin que ningún acontecimiento altere la hoja de ruta derechista de persecución judicial.
Esto ocurre en un contexto de evidente vacío de poder, que se puso en evidencia al día siguiente del intento de magnicidio, cuando el pueblo desbordó la Plaza de Mayo, ávido de recibir una línea táctica para sobrellevar este angustioso momento y encontró como toda respuesta de la dirigencia política un híbrido documento.
Mientras la crisis social es alarmante y se agrava porque la inflación no da respiro y carcome los bolsillos de los sectores populares, al tiempo que se demoran medidas redistributivas del ingreso, vemos al nuevo superministro de Economía ceder al chantaje del monopolio agroexportador y responder con algunos parches macroeconómicos coyunturales.
Pero las demandas sociales, en particular las de los sectores más vulnerables, siguen sin recibir respuestas inmediatas y ellas no pueden esperar un solo día más, con el riesgo de deslegitimación política que ello implica.
En este contexto, la Confederación Socialista, como parte del frente político oficial, exige al Frente de Todos abandonar el repliegue para evitar el arrinconamiento que pretende la derecha radicalizada y pasar a la ofensiva, ya que toda pasividad frente a la agresión no se percibe como gesto pacificador sino como actitud derrotista y como incapacidad para dar una respuesta eficaz.
Es hora, entonces, de que vemos que todas las iniciativas de diálogo hoy están orientadas a la creación de consensos mínimos con la derecha. Desde la Confederación Socialista aseveramos que esos esfuerzos de diálogo deben reorientarse en un sentido social, para escuchar y darle voz a los sectores más postergados, y fomentando la movilización popular, la única herramienta democrática capaz de doblegar a la derecha» concluye.