El 29 de junio, las amenazas fueron vertidas a través de un mensaje Whastapp dirigido al cura párroco que está inmerso en la lucha por la tierra que cuida el campesinado y las comunidades indígenas en Santiago del Estero, rodeados de grandes extensiones invadidas por las plantaciones que se destinan al biodiesel.
Textual la amenaza vertida a Lassaga.«Buen día.Señora secretaria.A través de usted le queremos hacer llegar un mensaje al señor cura los caminos del monte de Pellegrini son largos y solitarios y el siempre anda solo los caminos tienen sus trampas y que por favor no se siga metiendo en lo que no le corresponde y que la próxima no va a haber un mensaje de advertencia.»
«Por estar viviendo en medio de campesinos y comprometiéndose con su causa, ayer un cura de Santiago del Estero, Rubén Lassaga, fue amenazado ‘por meterse donde no le corresponde’, o sea, por acompañar al pueblo campesino que viene siendo avasallado desde hace ya varias décadas. Gracias a Dios, a la lucha de un pueblo y de sus madres abrazadas, pasaron esos tiempos – que cada tanto algunos pretenden revivir – de que “por algo sería” o “en algo andaría” alguien cuando era amenazado o cuando se concretaban las amenazas. El lavado de manos pretendía buscar una causa bien lejana que permitiera simular estar en paz a los que la pronunciaban» comunican desde Curas en Opción por los Pobres.
En este sentido, dicen: «Desde siempre en nuestra Patria la pretensión de poseer la tierra o distribuirla fue motivos de conflictos. Cuando las fronteras agropecuarias se expandieron, los espacios ayer despreciados fueron entonces, deseados. Deseados y apropiados. A nadie molestaba ayer que campesinos ocuparan territorios que ellos veían como inservibles. Pero cuando se descubrió que se los podía usufructuar, aunque tierra, agua y aire fueran envenenados, casi mágicamente esa tierra pasó a tener apropiadores. Con la complicidad de los poderes judicial y político, y la manipulación mediática, los que ayer ocupaban tranquila y ancestralmente las tierras hoy pasaron a ser presentados como usurpadores y delincuentes»
Los curas, explicaron: «Y así fue que campesinos e indígenas fueron desalojados, desplazados y asesinados. Sus tierras apropiadas, sus animales matados, sus pozos envenenados y topadoras y fuerzas de seguridad, legales e ilegales, se hicieron presentes donde ayer estaban ausentes. Muchos campesinos se organizaron, muchos fueron acompañados. Y allí también se hizo presente la fe del pueblo y sus ministros. «La iglesia no puede estar ausente en la causa de los pobres» dijo, una vez, Juan Pablo II. Haciendo suya, entonces, la causa de los campesinos e indígenas, sectores de la Iglesia caminaron, compartieron y padecieron y padecen lo mismo que los olvidados. Que haya movimientos sociales, curas y tantos otros que son amenazados no es sino “a causa” de haber hecho suya “la causa” de las víctimas. Lo “que no le corresponde” a un cura es permanecer indiferente ante el dolor, ante la injusticia, ante la mentira. Sería ser indiferente al Evangelio de Jesús y su causa. Solidarios con los campesinos e indígenas de Santiago del Estero queremos recordarle al poder judicial que su causa es la justicia, al poder ejecutivo, que su causa en el pueblo, a los Medios de comunicación que su causa es la verdad, y a los apropiadores y violentos que ellos son la causa del dolor y el sufrimiento de tantas y tantos. Cuando, con el Papa Francisco insistimos en que todos deben tener Techo, Tierra y Trabajo, de esto estamos hablando Precisamente» concluyeron el Gpo de Curas en Opción por los Pobres.