Desde las elecciones pasadas, en el territorio más pobre del país, las comunidades indígenas norteñas debieron afrontar los problemas socio ambientales a los que están expuestas en una zona que escasamente recibe ayuda humanitaria.
Ahora, con los fenómenos climáticos que desata El Niño en esta región de las Yungas y la Amazonía, el Chacosalteño vive los coletazos del desborde del Pilcomayo. La afectación de las poblaciones rurales indígenas es grave. El anegamiento expone las consecuencias del abandono histórico que padecen y por el cual, años tras años, solicitan ayudas como alimentos, agua potable, materiales para las barreras de contención, medicamentos, atención sanitaria, artículos de limpieza, higiene personal, ropa, calzados y abrigo. No obstante, lo que llega es exiguo.
Hasta el momento, las autoridades municipales de Sta Victoria recibieron la visita del funcionario Mario Mimessi, actual ministro de Desarrollo Social de la Provincia quien se comprometió a enviar los elementos que son imprescindibles en este contexto de emergencia. Lo que estaría disponible en el lugar a partir de la próxima semana, dado que el municipio ahora no cuenta con ningún tipo de material, para destinar a las familias afectadas.
Este año, el trabajo conjunto y la disposición de áreas oficiales vinculadas a las asistencias sociales, da esperanzas a los Pueblos Originarios organizados en el municipio Wichí de Sta Victoria Este y en consecuencia, han logrado evacuar, contener, alimentar e hidratar a cientos de ciudadanos y ciudadanas afectados por las inundaciones en parajes que están totalmente anegados.
La frontera tripartita parece no ser una zona geopolítica interesante para el mandatario Milei, pues ha elegido enviar alimentos a Israel y Ucrania, en vez de hacerlo con sus propios compatriotas, quienes ni siquiera piensan en el más mínimo gesto humano por parte del libertario, pues en esta parte del país no existe como Presidente de Argentina.