La categoría Pueblo es negada por aquellos que estimulan el individualismo egoísta y meritocrático, que transforman las personas en “gente”.
La gente dice, la gente pide, la gente opina, repiten sin otra base de información que un apelativo común desfigurante, que oculta lo humano y transforma las personas, en objetos demandantes, sin otra condición que los distinga.
La observación no es menor, es la diferencia entre humanizar la política o fijarla en el terreno de lo económico, lo macro que todo lo define, más allá de las exclusiones y dolores sociales, incorporando naturalizando en las personas, elementos ajenos a su quehacer cotidiano y que llegan a angustiarlos.
Entonces déficit fiscal, mercado de cambios, Bolsa de Valores, comienzan a tener vida en las comunidades, que ajenas a esos vericuetos financieros, sin embargo son bombardeadas por múltiples informaciones sobre los peligros inminentes, que provocando miedo esas poblaciones aceptan ajustes brutales, frente a la inminencia de la catástrofe.
Diferente es el enfrentamiento a la Pandemia, que algunos dirigentes quisieron comparar con esos manejos financieros, en especial el manejo del miedo. Esta sensación de temor es parte de asumir una realidad, el miedo, que permite enfrentarla, según expresan los psicoanalistas que analizan las complejidades humanas.
Entonces la Pandemia fue y es un desafío de conducta común, de solidaridad social compartida, en la mayoría de la población, que ha permitido que no haya ocurrido una catástrofe superior a la provocada por un virus que se sabía, que no podíamos vencerlo, sólo se lo controlaba con aislamiento. No había ni hay, otro remedio, excepto las vacunas que llegan a frenarlo, lo cual provoca reacciones encontradas.
Por eso el Pueblo se constituye en un ejército común de lucha contra el virus, a lo cual se oponen quienes quieren evitar una consolidación del Gobierno Nacional, que evitó saqueos y colapsos sanitarios, desplegando instrumentos económicos y fortaleciendo el sistema de Salud, permitiendo resistir en condiciones mínimas, pero de Vida, al conjunto mayoritario del pueblo argentino.
Sin embargo la sensación mediática es contraria a estas afirmaciones. Es porque se ha politizado la crisis sanitaria de tal manera, que la confrontación ha desbarrancado hacia formas bizarras de oposición. Miserables y canallescas, pueden denominarse las afirmaciones realizadas, desde la negación de las vacunas, hasta la confrontación geopolítica con los rusos y chinos, de la mano del diseño estratégico de EEUU sobre su “patio trasero”, para evitar nuevos actores en la región.
Es entonces cuando emerge la categoría pueblo como sujeto histórico, construyendo destino y apuntalando esperanzas. Desde haber vencido en las elecciones en primera vuelta, derrotando la negación neoliberal de la política que llevó al país y al pueblo, a la desolación y el dolor social inmenso, en sólo cuatro años, hasta haber acompañado las decisiones del Gobierno en la estrategia de enfrentar la Pandemia.
Es cuando esa conjunción Pueblo y Gobierno, construyen Patria, en la conciencia colectiva, que se proyecta en las utopías más queridas, que se afianzan en valores y virtudes, que abonan el camino de la Soberanía y la Justicia Social, de ese proyecto de nuestros Padres Fundadores de Patria Matria Grande. Hecho histórico, que se reconstruyó en el UNASUR, diluido por el Grupo de Lima por acción de EEUU, y en la recuperación entre el Gobierno nacional y popular, en alianza con AMLO de México y ahora Bolivia de Arce y Evo. Esa conjunción, Pueblo Gobiernos populares dará la fortaleza necesaria a los nuevos escenarios pos pandemia, en la construcción de modelos Biocéntricos solidarios, de prioridad de los seres humanos y la naturaleza, de conformación de una Comunidad Organizada.
JORGE RACHID
PRIMERO LA PATRIA
www.lapatriaestaprimero.org
CABA, 29 de diciembre de 2020