Desde el bloque de Diputadas y Diputados bonaerenses de Unión por la Patria repudiamos los graves hechos de violencia cometidos contra la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, a quien le expresamos nuestro acompañamiento y solidaridad.
En el día de ayer fue hallada una bala calibre 40 en el domicilio donde vive la Intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza. No es un hecho aislado. Ocurre en un contexto de violencia política que promueve el rencor y la crueldad especialmente dirigido hacia las mujeres, y en particular, a las mujeres que no tienen miedo a confrontar al poder real.
El 1° de septiembre de 2022 Cristina Fernández de Kirchner sufrió un intento de femicidio y magnicidio televisado: a punta de pistola, un varón disparó en su rostro. El proyectil no salió.
Con un Poder Judicial cargado de vicios e intereses políticos partidarios, no hubo avances con respecto a la investigación de lxs autores intelectuales, cuyas intenciones estaban a la vista: proscribir al peronismo y quien fuera la representante más leal de sus banderas. Lo dijimos en ese momento: No es contra ella, es contra todos y todas.
A 40 años de la recuperación de la democracia en Argentina, y a casi dos años del intento de magnicidio de la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, debemos reconocer la imperfección de un sistema que no garantiza la ciudadanía plena a las mujeres. Que la conductora más representativa del campo nacional y popular haya sido víctima sistemáticamente de la violencia política y mediática hasta -casi- llegar a su máxima expresión, es síntoma de la necesidad profunda de crear un nuevo pacto democrático que garantice, principalmente, la vida. Todavía estamos conmovidas y conmovidos por el triple lesbicidio ocurrido hace unas semanas en Barracas. No fue sólo contra ellas, fue contra todas.
Este sistema neoliberal -o anarco colonial- lo único que derrama es violencia: que la conductora más representativa del campo nacional y popular haya sido víctima sistemáticamente de la violencia política y mediática hasta -casi- llegar a su máxima expresión y que eso no haya tenido consecuencias, legitima una cascada de violaciones a los derechos de las mujeres y diversidades.
Le tienen miedo a quienes no tienen miedo, a quienes se han atrevido a acceder a derechos y deberes políticos, y más aún, a quienes trabajan en favor del pueblo.
No es la primera vez que nos encontramos frente a un hecho de estas características. No es la primera vez que se materializan discursos de odio en acciones concretas. Lamentablemente el contexto actual es un facilitador para la pronunciación de estos discursos. El daño que producen dentro de una sociedad es inmensurable, porque promueven, incitan e incluso legitiman la deshumanización y la violencia.
Generan climas de intolerancia y provocan, indefectiblemente, prácticas como éstas. Como contracara buscan, irónicamente, impedir el ejercicio de la libertad y la igualdad a partir del miedo, y sobre todo intentan disciplinar a toda una sociedad para que nadie se atreva a enfrentarlos.
Esto no es discursivo, no es la letra plana de un comunicado, es el grito de la comunidad organizada, de las y los humildes, de las y los trabajadores, de las y los ciudadanos: basta de discursos de odio, basta de sembrar violencia en el seno de nuestro Pueblo.
Basta de atacar la dignidad de las argentinas y argentinos que sólo desean poder vivir bien y con representantes que estén a la altura de la responsabilidad del cargo que ocupan. Como en el caso de Mayra que fue reelegida como la intendenta más votada de la historia de Quilmes.
Mayra, no estás sola. En vos, todos. En vos, todas. Contás con el apoyo, la solidaridad y el acompañamiento de este bloque político, al cual la violencia jamás le será indiferente.