Al principio conversaban con el sacerdote que trabaja en la Parroquia de Nueva Esperanza en el Norte Santiagueño, cuando, sin ver que vecinos y vecinas se retirarían del lugar, emprendieron contra el religioso amenazándolo.
Rubén Lassaga es un cura en opción por los pobres, por lo tanto comprometido con las justas causas que luchan en el pueblo Nueva Esperanza. Allí, desde tan humilde punto de la agreste geografía santiagueña, Lazaga ya enfrentó poderosos enemigos. Ahora, la Policía arremete contra él por las movilizaciones populares que buscan el acceso a la SALUD PÚBLICA, tras el caso de una madre parturienta de apenas 36 años, que falleció sin ser atendida y en consecuencia su bebé.
El cura respecto de lo sucedido, dijo: «Desde éste lugar, que también sentimos, como haciéndose habitual este tipo de práctica de autoritarismo, sea nosotros estar más cerca de nuestro pueblo. Juntos en la fraternidad que siempre es tensionante, como fue la Vida de Jesús. Un Abrazo!»
DENUNCIAN AMENAZAS A UN CURA DE OPCIÓN POR LOS POBRES EN SANTIAGO DEL ESTERO
APOYOS AL SACERDOTE AMENAZADO
Además de abrazar la justa causa popular de NUEVA ESPERANZA en Stgo del Estero y en pleno apoyo al Pbro Lassaga, compartimos el mensaje solidario del padre Gonzalo LLorente, La Rioja, responsable de la Pastoral Familiar Agraria.
NUEVA ESPERANZA EXIGE JUSTICIA POR UNA MUJER EMBARAZADA QUE FALLECIÓ SIN SER ATENDIDA -VIOLENCIA OBSTÉTRICA-
La violencia obstétrica ha sido definida legalmente en Argentina como una de las modalidades que asume la violencia contra las mujeres, expresadas en tratos deshumanizados y exceso de intervencionismo médico sobre sus procesos reproductivos y sus cuerpos.
La Ley 25.929 de Parto Humanizado promueve y defiende los derechos de la madre y su bebé durante el proceso del nacimiento.
La violencia obstétrica afecta a la mujer y a su bebé durante el embarazo, el parto e incluso, el postparto. Se manifiesta mediante prácticas, conductas, acciones y omisiones, que el personal de salud ejerce de manera directa e indirecta, en el ámbito público y privado, sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres.
Constituye una de las tantas formas de violencia y discriminación que sufren a diario las mujeres y, quizás, una de las más naturalizadas, a tal punto que no siempre se la reconoce como tal.
Hablar de Violencia Obstétrica no sólo implica reconocer diversas situaciones de humillación, violencia y degradación que puede sufrir una mujer al momento de realizar una consulta o asistir a un parto. Supone también reclamar derechos que son contemplados tanto en la Ley de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, como así también, en la actual ley de Parto Respetado.
La Ley N° 25.929 de Parto Humanizado y su decreto reglamentario N° 2035/2015 garantiza un espacio familiar donde madres, padres y bebés sean los protagonistas y el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible, en consonancia con las necesidades y deseos de cada familia.
Para tener en cuenta, si la mujer no recibe la atención médica necesaria, quienes trabajan en el Hospital incurren en un abandono de persona, eso en cuanto a los derechos de la madre, sin olvidar que también legalmente, intervienen los derechos del niño por nacer.
EL CASO QUE MOVILIZÓ A LOS POBLADORES
Conforme lo narrado en el digital Visión Santiagueña; una mujer embarazada de la localidad de Las Delicias falleció hace pocos días junto con su bebé, tras su atención en el hospital zonal de Nueva Esperanza, departamento Pellegrini, por lo que se llevó a cabo una movilización este lunes.
Claudia Beatriz Luna vivía en esa localidad y fue a dar a luz al hospital zonal de Nueva Esperanza, pero ella y su hijo fallecieron. Sus familiares denunciaron una supuesta mala praxis por la que responsabilizan a una obstetra y un médico: “No la derivaron rápido a un centro que la asista mejor. El parto debía ser por cesárea y ellos la querían hacer tener normal”, afirmó un allegado.
Primero se habría producido la muerte fetal de la criatura y luego la de su madre: “Cuando la derivaron a Tucumán lo tuvo al bebé muerto, se descompensó y falleció ella también en el camino”, se explicó. Como es habitual en las ciudades limítrofes, con frecuencia los pacientes en peligro son trasladados a hospitales de las provincias vecinas. Y no sería el único caso.
“Pedimos justicia por Claudia y su bebé, también para que no haya más muertes y maltrato a los pacientes que concurren al hospital de Nueva Esperanza”, expresaron en la convocatoria de la movilización.
Uno de los principales reclamos fue contra las constantes derivaciones de pacientes desde Nueva Esperanza, que no retiene ni casos cotidianos ni mucho menos complejos y los deriva hacia Capital o Tucumán. Ese hospital fue inaugurado en 2014, durante el gobierno de Claudia de Zamora. En ese momento, afirmó: “Les digo a todas las comprovincianas que, como mujer santiagueña, me comprometo a luchar para que las mujeres santiagueñas puedan acceder a un parto humanizado en la salud pública, porque como madre, sé de los beneficios que ello implica”. También enfatizó la reducción de las muertes maternas.
Pero en los hechos, las embarazadas y demás pacientes con complicaciones de Nueva Esperanza y zonas aledañas, todavía deben esperar hasta lograr traslado en una ambulancia, con el riesgo de viajes de cientos de kilómetros y de muerte en el camino por descompensaciones o siniestros viales. Una problemática que afecta a gran parte de la población, ya que la atención sanitaria está fuertemente centralizada en hospitales de Capital, lo que genera un evidente desamparo en las poblaciones más alejadas de Santiago del Estero.