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Ucrania – Rusia: ¿principio de acuerdo?

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Financial Times revela hoy que Ucrania y Rusia están cerca de un acuerdo que permitirá un alto el fuego y la retirada de tropas. Citan fuentes anónimas que participan en la negociación (sin especificar de qué lado del conflicto).

Según la publicación, se acordará el estatus neutral de Ucrania, su rechazo a integrarse en la OTAN y a alojar bases militares extranjeras en su territorio a cambio de protección internacional (EE.UU., Reino Unido y Turquía en calidad de “protectores”). Hoy mismo, la persona que lidera la delegación rusa en esas negociaciones declaró que Ucrania ofrece la variante austriaca o sueca de un Estado desmilitarizado y neutral.

¿En qué consiste el estatus de neutralidad exactamente?

Un país que se declara como neutral entre dos naciones beligerantes no tomará partido por ninguno de ellos en caso de que estalle un conflicto armado. Pero, además, una nación puede declararse como permanentemente neutral y negarse a entrar en ninguna alianza militar multinacional, como la OTAN o el Pacto de Varsovia soviético en su momento, a cambio de que se le respete su neutralidad.

A la luz de los actuales acontecimientos, esta opción podría parecer una utopía geopolítica irrealizable. Sin embargo, existen precedentes exitosos, y en plena Europa de posguerra, ni más ni menos.

Por ejemplo, durante toda la Guerra Fría, Finlandia se posicionó como un Estado neutral: ni proestadounidense ni prosoviético. Y créanme, en el contexto de la época, para los fineses no resultaba una decisión tan fácil como podía resultarle a otros países neutrales, alejados geográficamente del centro de la confrontación. En aquel entonces, Finlandia era el país europeo occidental con la mayor frontera terrestre con la Unión Soviética: más de 1.300 km. Y a pesar de las insistentes invitaciones de la OTAN, siempre se rehusó ingresar a la alianza. Y las relaciones entre Rusia y Finlandia desde entonces han sido normales, sin la perpetua tensión militar que sí se vive en los países de la OTAN fronterizos con Rusia.

Otro caso interesante es el de Austria. La nación centroeuropea formó parte del Tercer Reich hasta que las tropas soviéticas liberaron su capital, Viena. A Moscú le sobraban motivos para desconfiar de quienes habían lanzado una guerra de exterminio en su contra tres años antes. Sin embargo, después de diez años de ocupación junto al resto de aliados ganadores de la Segunda Guerra Mundial, la URSS retiró todas sus tropas tras recibir la promesa de que Austria se declararía neutral. Cosa que cumplió.

A pesar de ser frontera directa con miembros del Pacto de Varsovia, el estatus de neutralidad austríaco siempre se respetó y no hubo episodios de tensión militar incluso estando Austria en pleno corazón de la Guerra Fría.

Declarar el estatus de neutralidad y renunciar a ingresar en la OTAN fue una de las exigencias de Moscú durante todos estos meses, antes de la guerra. Rechazada de plano en todos los momentos en los que se planteó. Sin embargo, ahora vemos que sí se baraja como una opción real.

Resulta deprimente preguntarse: ¿por qué no fue posible evaluarlo antes? ¿Había que esperar que todo se fuera al carajo, para entonces sí, tomarlo como una posibilidad a tener en cuenta? Dejo esas preguntas en el aire.

Fuente: redes sociales


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