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TEMPLO FILADELFIA: ABUSOS, TRATA DE PERSONAS, ESCLAVITUD…EL TEMPLO DE LOS DELITOS

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La actividad delictual -que se analizó y describió como secta- se habría desplegado durante casi 50 años en perjuicio de cerca de un centenar de víctimas.

La medida patrimonial sobre los bienes de cada imputada/o es hasta cubrir 50 millones de pesos en cada caso, así lo determina la Justicia.

El Juzgado Federal N°3 de Morón dispuso el procesamiento de ocho personas, el mantenimiento de esa situación procesal de dos y la ampliación de otras cinco por los delitos de asociación ilícita, reducción a la servidumbre, trata con fines de explotación laboral, abusos sexuales y lavado de activos, que se habrían cometido en el seno de la secta religiosa con centro en San Justo conocida como “Templo Filadelfia”. La decisión del juez Elpidio Portocarrero Tezanos Pinto se produjo en coincidencia con lo postulado por la Fiscalía Federal N°1 de esa jurisdicción, la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) y la Dirección General de Recuperación de Activos y Decomiso de Bienes (DGRADB).

La resolución incluye el embargo de bienes de cada uno de los imputados/as hasta cubrir 50 millones de pesos, al entender que se desarrolló “un plan sistemático, complejo y expansivo a lo largo del tiempo, basado en la captación, persuasión coercitiva y explotación laboral de sus víctimas, además de abusos sexuales y lavado de activos”. En el mismo proceso, cabe recordar, ya se había ordenado la subasta de 15 vehículos incautados para la reparación económica de las víctimas. Por otra parte, se dictó la falta de mérito respecto de las figuras legales de apropiación de menores de edad y supresión de identidad, en tanto se encuentran medidas en curso.

De acuerdo a la investigación, hubo “un plan sistemático, complejo y expansivo a lo largo del tiempo, basado en la captación, persuasión coercitiva y explotación laboral de sus víctimas, además de abusos sexuales y lavado de activos”

 Una organización activa durante casi cincuenta años

El magistrado recordó que luego de la radicación de la causa -que comenzó en la justicia provincial- en el fuero federal , las y los representantes del Ministerio Público Fiscal -Santiago Marquevich por la fiscalía, Alejandra Mángano y Marcelo Colombo por PROTEX y Daniela Sodini por la DGRADB- habían postulado entre octubre y noviembre del año pasado ampliar el objeto procesal de la investigación y realizar allanamientos, detenciones, recibir declaraciones indagatorias y disponer las medidas patrimoniales mencionadas para hacer cesar la actividad delictiva. Esos procedimientos y cautelares se autorizaron y concretaron en diciembre. Es que, según tuvo por acreditado el juez, varias de las maniobras endilgadas se habrían desplegado, al menos, desde 1972-1973 hasta las aprehensiones de fines de 2020.

En ese sentido, en la nueva resolución se indicó que se conformó “una organización criminal, con división de roles y funciones, con carácter de estabilidad y permanencia, conformada bajo la identidad de institución de culto religioso de nombre ‘Templo Evangélico Filadelfia’ destinada a cometer delitos”. “Las conductas ilícitas apuntadas habrían sido ejecutadas por parte de los ‘dirigentes’ de la asociación con la participación de terceras personas quienes eran reconocidos como sus ‘colaboradores’, gracias al control de las voluntades que se lograba de manera minuciosa mediante la intervención y el aporte del resto de los integrantes de la congregación, que eran captados, en forma sistemática, además de convertirse en un medio de control implementado por los líderes”, describió la decisión del juzgado.

Ese marco fáctico de situación “se habría intensificado desde el año 2000”, cuando las y los presuntos líderes de la congregación “habrían perfeccionado el método mediante el cual se abocaban a la captación de personas vulnerables para congregarlas bajo el pretexto del derecho de culto”; mediante la reducción del ámbito de libertad y autonomía de las víctimas, las conminaban a “aportar sus recursos económicos a las arcas de esa comunidad y explotarlas laboralmente, a través de la instrumentalización institucional del ‘Templo Evangélico Filadelfia de San Justo’”.

El perfeccionamiento de las técnicas utilizadas desde la década del ’70 llevó a la reducción del ámbito de libertad y autonomía de las víctimas, a quienes conminaban a aportar sus recursos económicos y explotarlas laboralmente, entre otros hechos.

Para dictar, ampliar y mantener los procesamientos dispuestos anteriormente, Portocarrero Tezanos Pinto consideró que “las cuantiosas y diversas diligencias materializadas por el Ministerio Público Fiscal” permitieron “recolectar diferentes probanzas que hicieron presumir la persistencia de las actividades ilícitas de la organización descubierta, tanto en algunos de los sitios ya allanados en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, como también en otras locaciones, con ‘nuevos’ actores”, algunos de los cuales ya habían sido identificados, y otros que habían quedado prófugos luego de producirse en 2019 una serie de registros domiciliarios por orden de la justicia bonaerense.

Intervención de equipos de la PROTEX y la DOVIC

En cuanto a la calificación de la organización como “secta”, el magistrado interviniente valoró, entre otros, los aportes de especialistas de PROTEX y la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC), que entrevistó a las víctimas. De acuerdo a lo relatado y otro material probatorio, desde DOVIC consideraron que era posible advertir en las persona damnificadas “características compatibles con el atravesamiento de un vínculo sectario en el que fueran reducidas a la forma de un objeto”.

Asimismo, el psicólogo de PROTEX aportó un informe en el que se dio cuenta de “la creación de una ‘fantasía grupal’ creada por la organización, que se mantuvo mediante la falsa idea de que sus seguidores eran ‘privilegiados y pertenecientes a un grupo amado por un Dios, que, de ser contrariado, sufrirán castigos que apuntan a corregir esas fallas’”, de tal tenor que produciría temor o recelo en las víctimas a denunciar los hechos. Una de ellas expresó, por ejemplo, que “es como que estábamos en una realidad paralela, porque no pertenecíamos al mundo”Otra persona explicó que “ellos [por los acusados] están en un lugar que son intocables y que, que si vos hablás con otro del ungido ya estas faltando a Dios, ni siquiera eso, no podés juntarte con un amigo a hablar, porque tenés que venir y denunciar que están hablando mal del ungido, porque estas faltando al profeta, el ungido te va a castigar, Dios te va a castigar. Todo el tiempo así (…) Tenés mucho miedo (…) Me hicieron mucho daño”.


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