“La rentabilidad que tiene hoy el sector que está protestando deja a las claras que para ellos es una movilización de campaña política”, “el único objetivo es desestabilizar”, manifestaron productores chacareros de la rama Rural del Movimiento de los Trabajadores Excluidos (MTE).
Productores rurales de todo el país, nucleados en el MTE, repudiaron la medida de lockout patronal anunciada para el próximo 13 de julio por las entidades agrarias que integran la denominada Mesa de Enlace, y aseguraron que su único objetivo “es desestabilizar al gobierno con cualquier excusa”, en este caso la falta de gasoil, cuando producto del conflicto que se desató en Europa del este “están obteniendo cifras récord de ganancias”.
Para Manuel Martino, un chacarero integrante de la rama Rural del MTE, “la rentabilidad que tiene hoy el sector que está protestando deja a las claras que para ellos es una movilización de campaña política”, y que “el único objetivo es desestabilizar” al gobierno con una neta finalidad de cara a las elecciones del 2023.
Desde la rama Rural del Movimiento de los Trabajadores Excluidos aseguraron que esas entidades no los representan, y por eso buscan conformar una nueva Federación que incluya a toda la familia de agricultores y productores rurales, que ocupe un lugar en la mesa de negociaciones y defienda los intereses del sector mayoritario del campo, el de los que labran día a día la tierra para producir los alimentos de las y los argentinos.
“Somos muchos más, y sin embargo no tenemos voz”, continuó Martino, y explicó que hacia allí apuntará la Federación de pequeños productores, “a garantizar que nuestras necesidades como el acceso a la tierra, al crédito, y a políticas segmentadas para la agricultura familiar se hagan realidad”.
El chacarero agregó que mejorar sus condiciones de vida y trabajo, con equipamiento necesario y acompañamiento del Estado, se traducirá en una mayor producción para alimentar al pueblo, y a su vez hacer frente al alza de los precios que manejan a gusto y placer unos pocos empresarios que hoy monopolizan el mercado de comercialización de alimentos en el país.
A la par de la concreción de una nueva Federación que los nuclee, recordó que volverán a las calles para exigir el tratamiento de la Ley de Acceso a la Tierra, que los lobbys de esos mismos sectores “que se arrogan el título de el campo” están frenando en el Congreso, “para que cada pequeño y pequeña productora rural tenga acceso a una parcela y deje de pagar altos arriendos o sea desalojada”.
Por último, desde el MTE Rural indicaron que están dispuestos a discutir con números y fundamentos cómo se puede manejar un esquema interno de precios que garantice la alimentación del pueblo, sin dejar de lado las exportaciones que generan las divisas necesarias. “Y no con declamaciones altisonantes que solo representan a los terratenientes y capitales concentrados de la agroindustria, nucleados en la Sociedad Rural con la complicidad de la cúpula de la Federación Agraria y Coninagro”, sostuvieron.
Algunos números
En un estudio que realizó el Equipo de Investigación Política (EdIPo) y el Mirador de la Actualidad del Trabajo y Economía (MATE), se demuestra cómo las grandes empresas agroexportadoras (en su mayoría multinacionales) profundizaron su renta entre la pandemia por coronavirus y la crisis en el este europeo.
Si tomamos el año 2021, los sectores oleaginosos y cerealeros, que representan los dos rubros más significativos del comercio exterior en la Argentina, profundizaron su hegemonía gracias al incremento en los precios internacionales de los commodities impulsado por el efecto que tuvo la pandemia en el comercio internacional.
El año pasado llegaron a representar el 51,75% de las exportaciones totales de la Argentina, superando los 40.000 millones de dólares. En ese sentido, aquí cabe destacar, que apenas nueve firmas concentraron el 92% de la facturación total del sector agroexportador durante el año 2021.
Mientras entre el 2020 y 2021 los precios internacionales de los granos subieron un 53,5%, las manufacturas solo crecieron un 9,2% en el mismo lapso de tiempo. Con una tonelada de soja se pudo comprar un 27,6% más de bienes y servicios que en 2020, porque los precios de los granos en pesos (traducidos al tipo de cambio oficial y descontadas las retenciones) superaron a la inflación. Mientras los granos crecieron un 94% en pesos, el Índice de Precios al Consumidor subió el 52%. Es decir, los empresarios del agro le ganaron por 42 puntos a la inflación en el 2021.
A esa extraordinaria renta, se le sumó este año, la crisis alimentaria desatada por el conflicto entre Rusia y Ucrania. La Bolsa de Cereales de Rosario calculó un extra de 3.004 millones de dólares por encima de lo que se esperaba facturar cuando se sembraron los cultivos de esta campaña exportadora.
Sin embargo, son esos sectores los que se niegan a pagar un aumento en las retenciones y un porcentaje por la denominada renta inesperada, “y salen a cortar calles al grito de el campo somos todos, mientras son ellos los que se quedan con todo”, añadió Martino.