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LA PATRIA GRANDE Y LA PACHAMAMA

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Desde los tiempos de la conquista de América por parte de la colonización española en principio, luego completada por todos los reinos europeos que saqueando, explotando y asesinando, fueron construyendo, a escala global, lo que hoy llamamos Modernidad.

Desde ese instante la vida de los pueblos, que desde hacía miles de años habitaban estas tierras, que cuidaban en su concepción mística, con el privilegio de cuidar la Madre Tierra, que daba sustento, alimentos y agua, en una vida comunitaria, sólo alterada por imperios que también los había en esos tiempos, que sometían a pueblos hermanos, pero construyendo caminos como la Ruta del Inca que integraba y permitía confluencias de culturas diversas etnias.

Como se integraron después, las culturas posteriores a la conquista, aun cuando bajo la bandera de la fe, se impuso la religión a los pueblos sometidos, que la tomaron y le dieron su propio sesgo, en donde la Pachamama, emergió con toda las fuerzas de la cultura ancestral, como eje de la vida y la esperanza. Cuidar la Madre Tierra, era el destino de los hombres en su paso por la tierra, en su vida biológica y si cumplían ese mandato, al partir terminada su vida biológica, subirían a la Vía Láctea para ir al encuentro de Dios.

Ese relato maravilloso, transmitido de generaciones en generaciones, se imbricó con la religión católica, dándole una impronta propia de la América Latina a esa religión. En un sincretismo cultural y religioso, esos pueblos juntos a los nuevos habitantes de estas tierras, los criollos, los negros, los zambos y mulatos, más los europeos llegados primero y de todos los lares del mundo después, construyeron los pilares de esa identidad americana en pleno desarrollo, que tenemos en nuestra región.

Después de casi 300 años de colonización, nuestros Padres Libertadores entendieron esa nueva buena, de pueblos integrados, pre existentes a la Emancipación, donde los santiagueños lo eran desde el 1500 largo y así otros pueblos tenían su propia identidad transfigurada, en donde ya se estaba dando en gestación esa cultura, por lo cual ninguno de ellos, ni Bolívar, ni San Martín, ni Artigas, Belgrano o Güemes, plantearon nunca otra perspectiva que la Patria Grande, como objetivo de Liberación.

Fue la impronta del NO AL ALCA, en el 2005 lo que permitió a los pueblos compatriotas latinoamericanos, recuperar esa historia y hacerse presentes en el mundo, como una unidad desde el punto de vista comercial y productivo, con planes estratégicos de conjunción de pueblos y objetivos comunes a construir.

Así surgieron las posibilidades de comenzar a producir medicamentos esenciales, hoy todos importados; un avión de entrenamiento con el 100% de piezas regionales y la constitución del Banco del Sur. Por esos planes, la contra ofensiva imperial y neoliberal, fue tan brutal e inhumana.

Pero no sólo ese diseño de EEUU, sino de los mismos europeos que avalaron medidas drásticas contra países hermanos como Venezuela, Cuba y Nicaragua, tolerando además las acciones del Lawfare en la región con los golpes parlamentarios y judiciales contra los líderes populares, culminando con el salvaje asalto a la democracia con el golpe cívico militar en Bolivia, recién restañado.

Es que nunca desde Europa, se respetó la construcción del pensamiento americano, que deviene de ese amor a la Madre Tierra, que construye su vida desde una concepción solidaria y biocéntrica, con profundo respeto por los seres humanos y la naturaleza, como estructura de los modelos solidarios, tanto sociales como productivos a construir.

Ese desafío estratégico impregna el debate de la pos Pandemia, entre la colisión prevista a darse, entre los modelos macro económicos como prioritarios, con su famosa teoría del derrame y los modelos solidarios que eviten el calentamiento global y protejan la Tierra que camina hacia su auto destrucción.

Ese es un debate de valores, del conjunto de ideas con el que van impregnando las conciencias colectivas de los pueblos, que el neoliberalismo pretende manipular, llevando desde el individualismo a la pérdida de la solidaridad social y desde el estado como financiador y privatista aun pérdida de identidad nacional latinoamericana.

Es una lucha por venir en la cual el eje cultural y el relato histórico ocuparán el mismo lugar en la grilla de prioridades, que la planificación estratégica, con soberanía nacional y justicia social. En esa batalla deberán deconstruirse ciertas naturalizaciones, implantadas por décadas de neoliberalismo dominante, que ha hecho del Estado Nacional una sujeción al coloniaje, con mecanismos de control aptos para la sumisión al poder hegemónico, que lo diagramó en los últimos 40 años.

Por esa razón la reconstrucción del UNASUR y la CELAC ejes de la memoria colectiva de Patria Grande, es un imperativo que devuelva a los pueblos, esas utopías plasmadas en los gritos de libertad, identificando a los enemigos de la misma, los personeros del coloniaje, como lo hace el Himno Nacional Argentino amputado en su letra, que debería volver a ejecutarse y corearse completo, como memoria compartida.

Nada mejor para eso que volver a leer a Perón:

“La humanidad necesita fe en sus destinos y acción, y posee la clarividencia suficiente para entrever que el tránsito del yo al nosotros no se opera meteóricamente como un exterminio de las individualidades, sino como una reafirmación de éstas en su función colectiva”.
Juan Domingo Perón, La Comunidad Organizada. 1949

JORGE RACHID PRIMERO LA PATRIA www.lapatriaestaprimero.org


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