Nuestro país ha entrado, después de décadas de democracia, en una espiral peligrosa de inestabilidad, provocada por quienes desplegando un poder acumulado económico, mediático e institucional, se han aliado a intereses extra nacionales, ejerciendo de cancerberos tutelares de los privilegios, de los dueños del poder mundial.
Las herramientas desplegadas a tal fin, además de las conocidas y llamadas por sus nombres en inglés, por provenir de EEUU, que son las empleadas para perseguir y enterrar líderes populares en América Latina, como con el Lawfare y la Fake News, traducidas al castellano, manejo político de la Justicia y falsas noticias en los medios y en las redes.
Con sólo esos dos instrumentos, se deshicieron del UNASUR y de la CELAC, destruyeron gobiernos, encarcelaron dirigentes y produjeron linchamientos mediáticos, avasallando los contextos constitucionales.
Sólo en dictaduras cívico-militares, los ciudadanos se quedan sin capacidad de recurrir a los poderes del Estado, constituyendo el mayor desamparo humano de la libertad.
Sin embargo estos instrumentos, llevaron a los pueblos de Latinoamérica a sufrir las mismas consecuencias de esos procesos disruptivos anti democráticos, esta vez bajo el amparo supuesto del voto popular, que nunca puede anular las garantías constitucionales, excepto cuando gobierna el neoliberalismo, con su carga brutal e inhumana, como fue Macri y Cambiemos en la larga noche Argentina.
Pero ese despliegue anti democrático en el gobierno, se traduce cuando esos sectores pasan a ser oposición, en operaciones golpistas y destituyentes, como las que soporta hoy nuestro país, de la mano de dirigentes que sin escrúpulos, en medio de una pandemia, con un pueblo al cuidado de su salud, atacan al gobierno por todos los flancos de decisiones, caracterizando las mismas de dictatoriales y autoritarias, intentando crear sentido en el conjunto del pueblo, que justifique su destitución.
Según ese comportamiento, que rompe las líneas de la oposición democrática, para transformarse, esos sectores, en enemigos de la Patria y el Pueblo, recurren a un arsenal de baterías que van, desde la acusación de asesinato a la Vicepresidenta y el amparo que le brinda el Presidente, hasta la insurrección policial, la negativa a sesionar del Parlamento, la judicialización de todos las medidas constitucionales tomadas por el ejecutivo nacional, con dos fragatas cargadas de misiles que diariamente atentan contra la Cuarentena, denigran al gobierno con las falsas noticias, recurren a sus jueces cómplices para trabar acciones destinadas a dar respuestas al pueblo argentino e intentan doblegar la gobernanza, con fines golpistas.
Dejaron de ser oposición, son enemigos y como tal deben identificarse, porque la hipocresía con la que tiñen sus discursos, donde incluso intentan apropiarse de términos caros al pueblo como: democracia, libertad, justicia.
Esa hipocresía no es propia de Cambiemos, les viene dada de los grupos filo nazis de Europa donde repiten desde la derecha fascista los mismos reclamos frente a la pandemia y ante los gobiernos populares. Hay una lucha de poderes financieros en juego, en donde la Argentina es sólo un tablero más, entre el globalismo financiero continental de Trump y sus aliados, compitiendo por el escenario de la Pos Pandemia, con el globalismo financiero internacional de la Banca Roschild y su socio Soros. Estos gritos de los Macri Cornejo Bulrrich y Carrió, ni siquiera son reclamos nacionales, son coloniales y claudicantes, propio de lacayos.
No dudan en llevar a nuestro pueblo a una guerra civil, de la cual es muy fácil entrar y muy difícil salir. Pero lo hicieron desde 1955 a costa de miles de muertos, en un anti peronismo feroz, que derrumbó las esperanzas de un país en paz, como siempre propugnó el movimiento nacional, que cada vez que volvió a ser gobierno lo fue por el voto popular y fue porque la Argentina había sido saqueada, su pueblo envilecido, su patrimonio entregado y su soberanía hecha añicos. Nunca el peronismo participó en elecciones con proscripciones de otros partidos, ni entregó funcionarios a las dictaduras.
Por esas razones, si los enemigos del pueblo y la Patria Matria avanzan en sus objetivos, volverán a encontrar la Resistencia Peronista por largos años, en caso de golpe de Estado o destitución con avasallamientos constitucionales, que no cejará el pueblo peronista, hasta que el Imperio y sus socios cómplices locales hayan dejado de accionar.
No importan los años que demande la tarea de reconstruir la Patria Matria, ya lo demostramos por 18 años en el 55, nos recuperamos de la traición de los 90 porque tenemos viva la memoria de nuestros 30 mil compañeros desaparecidos, sus luchas su heroísmo y su sacrificio por construir un modelo socialmente justo, económicamente libre y soberano, que más temprano que tarde alumbrará en la Patria Grande.
JORGE RACHID
PRIMERO LA PATRIA
www.lapatriaestaprimero.org
CABA, 29 de septiembre de 2020