La alianza AVANCEMOS que concita la figura del legislador Emiliano Estrada, hizo confluir a miembros del Olmedismo, el conservadurismo local con perfiles del Kirchnerismo salteño. No obstante, Gustavo Sáenz siente que el escenario de las elecciones tambalea.
Polarización en algunos aspectos, como las propuestas que desde AVANCEMOS, han hecho con respecto a varios de los problemas acuciantes como Educación, Salud, Seguridad y Trabajo. En otros aspectos, el silencio fue la respuesta por parte del Gobernador Gustavo Sáenz, quien tiene un raro asesoramiento que lo llevó por tres años a no tener contacto directo con el periodismo, ni con sus votantes, salvo en espacios controlados y pagados para la realización de uno que otro material propagandístico. En esa distancia con la ciudadanía, basa su dirigencia política. Quizás la impronta más evidente relacionada con sus dos personajes claves en la gestión política: Pablo Outes, armador electoral de listas, candidaturas, alianzas, etc. y Nicolás Demitrópulos custodio del gabinete provincial y las arcas norteñas.
En este contexto, sorprendió que su contrincante por la Gobernación, Emiliano Estrada, diputado de la Nación por el FdT, hiciera notar en los últimos siete días de campaña, un apichonado Gustavo Sáenz, acusado de maniobras persecutorias contra el candidato de Avancemos, daños a la moral de su familia, malos tratos a la militancia del espacio político por parte de oficialistas de Saénz, entre otras situaciones, entre las que menciona, Estrada, una causa -trucha- federal, que se radicaría en la mesa judicial macrista en Buenos Aires. Dato no menor, si se tiene en cuenta que hay quienes suponen de Sáenz una actitud frendly por haber sido otrora el compañero de fórmula del actual ministro de Economía, Sergio Massa cuando competía por la Presidencia Argentina.
Las narrativas de odio, irrumpieron en la escena salteña desde el saenzismo. Acto lamentable pero comprensible por la falta de obras propias y actos de gobierno que no fueran solventados por el Gobierno nacional.-