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Charla profunda con «Dease»

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En esta entrevista conoceremos un poco más de Francisco Baccega y la propuesta artística que esta desarrollando a traves de su música y estética.

¿Cómo comenzaste a ingresar al mundo de la música? ¿Cuál fue el disparador?

Al momento de responder esta pregunta, me parece importante aclarar que crecí en un ambiente netamente musical y artístico. Mi papá es músico (guitarrista) y mi tía – su hermana -, diseñadora de moda.
De chico siempre me vi atraído por los instrumentos y especialmente por la gente capaz de hacerlos sonar. Yo era un poco tímido, pero aún así apreciaba a mis amigos cantantes, bajistas, etc.
Desarrollé mis estudios primarios y polimodales en una escuela asistida en Música y tuve mi primer contacto con la voz, la guitarra acústica y la flauta dulce, cerca de los 9 años. De todo esa miscelánea colegial solo restó la voz y mas tarde aparecieron las ganas de aprender bajo (tenía como ídolo a Tina Weymouth de Talking heads). El bajo fue el instrumento que oficialmente me acercó a la música, y la voz (pese a que recién a los 18 me animé a cantar como debía) fue el catalizador que me empujó a creer en mí como artista y demiurgo de un hallazgo – léase universo– musical.

¿Por qué el nombre Dease?

Porque la clave está en su fonética (<<des>>; con una s” bien fina, casi porosa) y todo lo que en nuestro léxico implica dicha fonética resuena muy profuso a la vez que inalcanzable. Al mismo tiempo, y bajo criterio de mi argucia estética, toda cosa de aspecto profuso e inabarcable, admite cualidades crípticas y latamente borrosas. He aquí: DESeo; DESazón; DESánimo; DESaire; DESencuentro; DEScenso.
A su vez, el prefijo des”, abordado desde la óptica sintáctica, es un elemento gramatical que denota negación o inversión del significado de la palabra a la que va antepuesto. Conceptualmente esto se relaciona con las lógicas narrativas inmanentes a mis canciones ya que nada de lo que se alega posee un cariz sumamente llano u oriundo; todo, en mayor o menor medida, se halla alterado, trastocado, DESencajado”.
Otra noción interesante de aclarar, y no por última menos importante, es que <<Dease>>, fonéticamente al revés, se lee y pronuncia como sed; elemento con mucha carga simbólica en la obra (sobretodo en las letras del primer orbe) y, apropósito de ello, vasta iteración.

¿Cuáles son tus mayores influencias a nivel personal, profesional, estético, musical, etc?

Mi familia toda, destacando los nombres de papá (Ildo), mamá (Patricia), tías (María y Gaby), abuela (Angela) y novio (Agustín).
Creo que ellos son la simiente y luego emerge todo lo que, desde ellos, supieron darme. Es así que puedo hablar de figuras como David Bowie (símbolo máximo y gran inspiración estética); Björk (madre ilustrativa y portal hacia culebreantes fronteras); Kate Bush (bruja abanicadora y arquetipo de la corporeidad estridente); Nico (efigie soledosa y compañera de cafés noctívagos); Scott Walker (hombre plañidero; hombre de la voz tiesa que aclamo escuchar); entre otros. No obstante, cabe destacar, que mas allá de mis influencias musicales, tengo y tuve – al mismo nivel de importancia que las mencionadas precedentemente – grandes influencias literarias, filosóficas y cinematográficas como Alejandra Pizarnik (sus Diarios y Poesía completa escoltaron mi entrada a los sinuosos veinte, jaja); Rainer Maria Rilke (Cartas a un joven poeta es un libro que todo artista inicial debe leer); Jorge Luis Borges (El libro de arena – mas precisamente Ulrika, El otro y There are more things – fue y será siempre mi almacén” de nebulosas); Arthur Schopenhauer (Ensayo sobre el libre Albedrío, junto con Las aventuras perdidas de mi adorada Pizarnik, me enseñó a rechazar juiciosamente el mundo sin perderme de nada que luego pudiera lamentar o considerar vano); Rodolfo Braceli (mis canciones Nuevos vicios” y Ni”, existen gracias a La misa humana); Stanley Kubrick (2001; Una Odisea al Espacio, El Resplandor y Ojos bien cerrados, fluidificaron la oscuridad y recelo que siempre sentí ante el mundo, y ayudaron entender el por qué de mi sentimiento trágico por sobre la vida. No es casual que los tres protagonistas de estas películas sean seres completamente alienados o mental y/o físicamente apartados de su <<lugar común>>); David Lynch (Mulholland Drive y Carretera Perdida son clases de simbolismo puro y me atrevo a decir que esta manera de narrar, de hacer metafórico un hecho – nunca patente -, fue una de las que mas me influenció a la hora de crear imagenes sugestivas dentro de mi retórica musical y audiovisual); Ingmar Bergman (cuando comprendí que el concepto de La noche oscura del alma y La hora del lobo podían ser similares, y que quizás Bergman se inspiró en esta noción para estructurar su film, entendí que amaba su cine y que amaba la forma en que un director podía ser dramaturgo, poeta y persona al mismo tiempo); Andrei Tarkovsky (El estilo insular de Tarkovsky siempre arrebatará una lágrima colindante a mis vísceras; su film, El espejo, es lo mas cercano a cavar un pozo dentro de la infancia y llegar al torrente indómito de la nostalgia).
En algún sentido, en algún recóndito sentido, las afluencias literarias y cinéfilas son tan próximas a las musicales (por momentos, de hecho, hasta parecieran superarlas) que me veo obligado a traduciren sonidos y melodías vocales, lo que mis ojos ven en palabras o soportes audiovisuales.
Es interesante porque, si bien destaco que sucede como una forma de obligación”, en verdad se trata de un proceso llanamente inconsciente e indeliberado. Nunca me propongo hacer las cosas que hago, ni llevo a cabo un método formalistapara entenderlas. Simplemente ocurren y asisto como un receptáculo sensorial a todo ese caos sinérgico. Las influencias, después de todo, son solamente eso, influencias; ladinos soplos de energía creativa para que la imaginación trabaje.

¿ Cómo te autopercibis?

Una sortija al borde de un acantilado.

Definir tu proyecto musical en tres palabras

Abisal – Dicotómico – Sicalíptico

Hitos mas importantes de tu carrera musical.

En principio, por mas trivial y superfluo que suene, haberme animado a ser yo (considero que en esta época, en pleno s. XXI, retrata una virtud).
Luego, haber tocado soporte de Ella es tan cargosa y La Mississippi en La Trastienda Club – año 2019 -; haber abierto el show de Los Muchachos de la Secta (banda under que admiro) en La Cultura del Barrio – año 2022 -; haber compartido escenario junto a Sergio Rotman en Orange Bar, San Martín, durante el marco de un show homenaje a David Bowie – año 2022 -; haber ganado la beca CREACIÓN” del F.N.A para financiar el video de mi sencillo Isaak” – año 2022 -; haber tocado en el festival de música under, Satori, organizado en el Oeste – año 2022 -; haber compartido fecha con Benito Cerati en el Centro Cultural San Martín durante la manifestación del High Happening – año 2023 -.

¿Qué sería el éxito en tu proyecto musical?

En primer orden, instaurar un lenguaje y estilo francamente propios; algo que, dentro de la escena local – ya sea mainstream o under -, nunca se halla visto. (En cierta forma, también, creo que ese es, o debería ser, el desafío de todo artista).
En segundo lugar, inspirar a que muchos jóvenes sean ellos mismos, independientemente a cualquier red social o golosina mercantilista.
En tercera instancia, lograr vivir de lo que amo, sin contar con la presión de no tener dinero para producir música o pagarle a la gente que se digna a ayudarme (Dease es un proyecto muy corporativo).

¿Qué artistas emergentes como vos escuchas y/o seguís?

Bueno, este punto es interesante, ya que me hallo bastante desencontrado con la <<emergencia>>, no obstante hay algunxs artistas como Alejandra Val (desconozco su nacionalidad, pero su disco Segunda memoriaes fantástico), Misi (ella es argentina y ha logrado una armonía imperial entre sus canciones y videos) y Maeri (también local, con un EP llamado “Poema» altamente fragante) que me resultan especiales y con una visión insospechada del mundo.
Me gustan los seres reales.

¿Con qué banda under te gustaría compartir escenario?

Pese a que nuestros ruidos sean distintos, creo que una fecha con Buenos Vampiros podría resultar muy linda.
La oscuridad siempre enraíza almas.

Artista argentino consagrado con el que me gustaría compartir escenario.

Apostando a caminos hondos, Diego Frenkel y/o Juana Molina. Gustaría mucho de hacerles llegar mi música.

¿Crees en el mecenazgo o qué alguien te apadrine en la industria musical?

Me suena muy del s.XX cuando no solo había buenos artistas, sino también “””buenos””” empresarios. Hoy en día, si debo pensarlo en torno a mi música y mi manera de ver las cosas, lo encuentro un poco difícil. Si eso sucede, tiene que tratarse de alguien a quien verdadera y genuinamente le interese lo que el arte es capaz de generar, y con esto, quiero decir, despertar.

Personas que ayuden a prosperar el proyecto.

, por supuesto. Dease, independientemente a ser mi proyecto solista, también es un proyecto de índole corporativa.
En este punto es necesaria una mención especial a Agustín Cibeira, mi pareja, quien a lo largo de todo el proceso creativo de ANFIS | BENA me ha ayudado con la dirección y elaboración de mis videos y material visual; a mi papá, Ildo Baccega, que en principio, cuando recién estaba empezando a grabar, se dignó a financiar mis demos; a mi tía, María Pryor, que en mas de una ocasión me ha proveído de ropas y accesorios para actuar en vivo; a mi hermosa banda (Javier Menichini en bajo + secuencias; Facundo Pardo en teclados; Rocío Koening en sintetizador; Kid en guitarra acústica) por confiar y apostar a mí; a Florci Miranda, Arabela Valdez y Sol Valdez por asistirme en vestuario y estilismo; a Agus Argerich por tomar la responsabilidad de diseñar la portada del disco; a Nahuel Puchetta por haber sido mi fotógrafo en las nuevas fotos a develar; a Mery Caparrós por haber asumido el desafío de producir el vídeo de Isaak; a Ornella Ruíz Díaz, excelente artística plástica, por ser mi amiga fiel y tutora creativa durante los primeros pasos de mi asomo; y a Martín Pomares y Juan Manuel Romero, dos productores egregios, que supieron interpretarme y ver en mí de una manera inusual.

¿De qué tratan tus letras?

Roa Bastos, en sus Metaforismos, expresa con certitud que el autor es quien menos conoce su obra, ya que si la conociera, la hubiese escrito de otra manera, o directamente no la hubiera escrito. A mí, con las canciones, me ocurre algo similar. No obstante, pese a ese innato juicio, me atrevo a afirmar que cada una de ellas postula una mirada diferente sobre lo que yo nomino sentimiento de extranjería” en el mundo externo – esa idea de sentirse turista”, esa idea de sentirse foráneo, dentro de la realidad común y, a ojos ajenos, verosímil” (entre comillas porque fui expulsado de lo verosímil y ya no me compete) – y un fruicioso deseo de trascender espiritualmente hasta despojarme de toda profanación vulgar y ser uno prístino con el absoluto poético, identificado, bajo mis preceptos, como la infancia o la recuperación de la inocencia*.

Para mí, desertor de cualquier volición aparente, pensar en mis letras es pensar en el concepto de alienación, definido según Herbert Read como <<un modo de experiencia en el cual la persona se siente extraña a sí misma; diríase enajenada de sí misma. Ya no se siente centro de su mundo, dueña de sus actos: se ha convertido en esclava de sus actos y de sus consecuencias. >> , o de acuerdo a Alejandra Pizarnik en sus aventuras perdidas: <<¿Y qué?, ¿Y qué me da a mí, a mí que he perdido mi nombre, el nombre que me era dulce sustancia en épocas remotas, cuando yo no era yo, sino una niña engañada por su sangre? >>. Es así que algunas de mis letras ahondan en: la soledad 1 (esta, particularmente, vista de un modo resiliente para renacer desde el dolor); la nostalgia 2 (una nostalgia trastocada, cimentada en la contradicción de añorar algo por tan hermoso como por tan infecto); el rechazo hacia el afuera descubierto y la instancia de abandono por sobre el ostracismo vivenciado 3 (debatirse hermitañamente entre captar o rechazar al mundo); el retrato quimérico de un encuentro pueril con la muerte 4 (de niño creía la muerte era decir una palabra sin cesar y que, independientemente a cualquier tipo de circunstancia, yo estaba exento de ella); el retrato quimérico de la propia fantasía ilusoria 5 (ese devaneo entre la vigilia y el sueño es de lo mas provechoso para esgrimir trincheras poéticas); el despertar ante la finitud de cualquier adversidad mortuoria, encumbrando la naturaleza eterna cuyo sabor es uno y remite a la mas fiel de las promesas: amor 6 & 7 (lograr cruzar el túnel de la soledad acerba y, al final, comprometerse con la luz acreedora del conocimiento mas sabio y puro: infancia); el sexo, el vacío del paraje efímero y la culpa 8 (moradas del sentimiento trágico de la vida y artilugios para evadirse de uno mismo); la disociación y pérdida de la inocencia 9 ( estos síntomas, peculiarmente, dan lugar a un espacio de realización nominado como <<Pandemonika>> donde la mayor parte de las gente va a extraviar su identidad y roer su alma); el desdoble y figuración de un alter-ego 10 (hablar de uno, a través de un otro, que es uno, pero distinto de uno); una ansiada tregua entre el goce y la lascivia 11 (cuando el placer erótico deja de ser culpógeno y pasa a ser orgulloso); el hastío de vivir entre cadáveres y seres incapaces de sentir algo por fuera de lo que la razón dicte 12 (la SENsualidad – distinta a la SEXualidad capitalista – debería ser nuestra única forma entender el mundo); el adoctrinamiento de la conciencia y un estado de ceguera espiritual 13 (cómo el consumo y el mundo del <<entetanimiento>> nos ha socavado el alma). Todas estas se resumen en diferentes formas de expresar la alienación y abrirse paso en el camino de la transcendencia empírea.

* Según Eduardo Galeano, cuando somos niños, todos somos inocentes poetas y luego el mundo, a medida que crecemos, se encarga de pervertirnos y amputarnos el alma.

1. La noche oscura del alma
2. Aciago (Jardín de las reliquias)
3. Mazmorras del consigo (Naturaleza boba)
4. El Encuentro
5. Récit
6 & 7. El túnel o matrimonio del cielo y el infierno; El puente o confesiones de un amante en vilo
8. Lascivia
9. Pandemonika (La última inocencia)
10. Isaak
11. Requiem (Misa de los cuerpos que se amortizan)
12. Ni
13. Nuevos vicios

¿Cuál es tu sueño, musicalmente hablando?

Reinventar el mainstream, poniendo en hacke a la industria del pop actual (siempre pensando en un panorama local); algo así como lo que pasó en los 90s cuando el Grunge y otros géneros disidentes (entre ellos podemos hablar del House, Techno, etc) abandonaron la clandestinidad percibida en los 80s y pasaron a posicionarse como estilos únicos a los que, gran parte de la escena, querían parecerse.

¿Cómo imaginas un que es una experienca comunicacional exitosa?

Bueno; esto, en cierta forma, se emparenta bastante con la pregunta “¿Qué sería el éxito en tu proyecto musical?. Creo que, bajo mi perspectiva, una campaña de prensa exitosa sería aquella que logre transmitir bien mis intenciones y mi lenguaje. Elucubro que cuando las intenciones del artista son claras y su lenguaje parte de su sentir mas eterno, el éxito por sobre esas tentativas llega solo. Al menos en mi filosofía, el éxito de un mensaje (no creo en los mensajes artísticos, vale aclarar, pero sí considero que la campaña de prensa sea una suerte de misiva o mensaje hacia el mundo) estriba en la capacidad de manifestar con palabras las grandísimas emociones que otros solo pueden sentir. Es así que el arte, o las piezas musicales en mi caso, no son mas que la representación exterior de lo que, en principio, fluye como interior y pura nebulosa. En compendio, hacer llegar esa imagen interior de la forma mas rigurosa y flagrante, admite el mayor de los éxitos. Allá afuera hay mucha gente esperando dicho mensaje, estoy seguro; esperando dicha intención. Solo necesitan conocerme.

¿Te consideras tímido, reservado o extrovertido?

Desvarío a gusto. Quiero decir, puedo aggiornarme a casi cualquier situación que me obligue a ser tímido, reservado o extrovertido.
Me considero una persona bastante dúctil en ese sentido.
Generalmente, con mis procesos creativos, soy bastante reservado y no decido (no por retaceo, sino porque no me nace) mostrar nada hasta que la obra esté terminada o inteligentemente avanzada (tengo una disputa con las redes sociales, en este aspecto, ya que hoy en día veo como casi todo el mundo expone lo que hace, independientemente al estado en que el producto se encuentre).
En las relaciones sociales, sobretodo en las de amistad, soy ligeramente extrovertido (me gusta hacer chistes, molestar, cantar desafinado) aunque, también, guardarme algo.
Mis amigos, lo mas asiduos, me describen como un niño que, consciente de su picardía, embrolla el espacio solo para sentirse menos coherente en un mundo tan formal.

¿Qué esperas para este 2023?

Este tipo de preguntas siempre me sugirieron un existencialismo de lo mas osado, pero si tuviera que explanar una respuesta clara – las expectativas, al igual que las intenciones, deben ser claras – y precisa, me inclinaría por las siguientes cosas (su orden, como el porvenir, es indistinto):
– Continuar forjando lazos con artistas de la escena local.
– Organizar fechas junto a otros solistas y bandas emergentes.
– Integrar la programación de festivales under como @festivalpardo__; @festixd2; @festivalnuevodia; @festi.diy; @ganga.records @refrescofestival
– Obtener representación discográfica (en conjunto, o a parte a esto, servicio de management con el fin de delegar tareas).
– Proseguir desarrollando y solidificando el frente de mi escaparate artístico (Dease, mas allá de lo musical, es un universo visual en constante expansión)
– Llevar a cabo una colaboración con algún artista medianamente cercano a mis ideales y principios estéticos.
– Terminar y publicar el cuento de la narrativa interna a mi disco ANFIS | BENA.
– Independiemente a los festivales, lograr tocar en lugares como pequeños teatros, trastiendas, centros culturales, etc.
– Reinventar mi lenguaje musical por completo y grabar nueva música llegada la segunda mitad del año.

El manifiesto de ANFIS | BENA

Hice el amor con un disco que me asignó un lugar en el mundo*, dentro de lo fantástico y dentro de lo fáctico. Una materia oscura, en principio, sibilina (soy el último en entender las cosas que hago), pero jamás ajena. Nunca me sentí ajeno a este universo para muchos tan extraño. Siempre me sentí muy arraigado a mis melodías e inflexiones vocales, a mis letras y producciones sonoras. En cierta forma era como si todo eso ya hubiera estado ahí desde antes, aguardando el momento justo para ser decretado. Hacer música, después de todo, es conocerse. Y mas si tu instrumento forma parte intrínseca de tus entrañas.
La voz, indiscutiblemente, es uno de los instrumentos mas personales; mas empíricos.

*cuando hablo de hacer el amor…”, lo digo desde todas las instancias posibles, ya que hacer el amor es también hacer la tragedia, y puede significar hacer el vacío; al mismo tiempo, todo vacío, conlleva una carencia; a su vez, las carencias, incuban deseos. Y es así que el amor acaba siendo un gran simposio de cosas. Principalmente de sensaciones que nos dan vida y confirman como seres sintientes.

Cuando comencé a escribir mi disco acababa de romper una relación y no podía evitar pensar en lo tajante que me parecía ese hecho. En simultáneo, en mis ratos de algarabía (porque pese a la tristeza los tenía), elucubraba: para crear algo, debes destruir algo del mismo valor, y si bien ahora que mi obra está terminada no le atribuyo el mismo valor que aquel idilio joven (el disco vale mucho mas), considero que fue muy importante entender – animarse a entender – el lenguaje de la tristeza y el lenguaje de la desazón. Después de varios rodeos te das cuenta que no dista tanto del lenguaje del amor, y una cosa muy curiosa de este oxímoron <<amor-dolor>>, es la siguiente: cuando una pareja está enamorada comparte el amor resultante de esa armonía; y, cuando está separada, comparte el dolor procedente de ese quebranto. La cuestión, al fin y al cabo, es que pese a las rupturas, siempre algo se comparte.
Es por ello que aprender a captar el lenguaje de la angustia me ayudó a armarme e infundió el coraje necesario para mirar dentro de mi alma atribulada. Incluso me atrevo a decir que agradezco ese golpe de realidad capaz de desorientarme y empujarme a despertar; despertar hacia la inocencia (recordar que tengo un espíritu y como artista debo cuidarlo); despertar hacia el miedo (repleto de otros miedos y son necesarios de administrar); despertar hacia la música (aparato transformador y transmutador de sustancias); despertar hacia la poesía (madre absoluta y nodriza antenatal).
La paradoja es que, una vez espabilado, quise esconderme; quise evadir la realidad común de la que ahora era parte. Si antes me hallaba en una especie de sueño inducido, aferrado a las toxinas de una relación inútil, ahora estaba catando el verdadero sabor de la realidad pedestre y no me estaba gustando; no me estaba sintiendo ameno. Es así que, en lugar de volver a la escena del crimen y cometer el mismo crimen dos veces (hay gente que elige volver con su ex y no los juzgo, pero para mí eso es como volver a tragarse el vómito), opté por forjar mi propia realidad y vivir mi propio romance estético: una realidad basada en la poesía, sustentada en la quimera y el ensueño quimérico; lejos, y a la vez muy cerca, del frenesí mundano (porque es imposible ser un completo outsider o extranjero; sin embargo podes ser un turista).
Pese a mi condición de turista, no logré apartarme del todo de mi derredor emocional, ya que venía con mucha soledad encima y eso era indeclinable. De igual modo, si me hubiera quedado viviendo los hechos de una manera fáctica o tangible, probablemente nunca me hubiera recuperado.
La gente sufre porque no puede otorgarse quimeras, porque no puede permitirse soñar otros mundos posibles, y volar mas allá de este lienzo tan antiguo y versado.

Renací desde la fantasía, no desde la corporeidad, y me propongo hacerlo siempre que sufra un altercado capaz de desestabilizar mis elementos nodales.

Al concebir esta realidad paralela y ceder al beso de mis ensoñaciones, también fui descubriendo la oscuridad que latía tras los párpados de la noche (la noche: espacio de realización poética, pero también de terrores y conflictos profanos).
En algún punto, sentía que nada de esta alienación era gratis, sino que, contrariamente, debía pagar un tributopor permanecer alejado de lo que, en esencia, me resultaba inhóspito. Es así que en este proceso de decantación, comencé a vestir la máscara de un personaje (<<Dease>>) sumamente contrariado y víctima de cualquier objeto portador de deseo. He aquí que la noche, la oscuridad, el descenso, comienzan a ser ese espacio de realización poética, a la vez que ese nido infecto de criaturas y cuerpos restallados de placer.
El sexo y el hedonismo se amalgaman y pelean con el ascetismo al que obliga la literatura; en ese cortocircuito el personaje se disocia y adopta el delirio de un doble. Por consiguiente, su autor (es decir, yo), ya no es narrador de una realidad a parte en la que simplemente escapa de lo tangible, sino también, sede capital de un universo que acoge a un individuo el cual empieza a desarrollar y vivir su propia psicología; su propia expresión del mundo. Es por ello que, irreversiblemente, los caminos se bifurcan y la mente se duplica, aflorando un gran paroxismo identitario:


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