Violencia institucional, hambrunas, desempleos, desmontes, depredación, abusos, incendios forestales, enfermedades de la pobreza, problemas territoriales, sequía, corrupción…el listado de los padecimientos del Pueblo y de las acciones inmorales cometidas por la actual gestión política a cargo del Gobierno; la oligarquía perpetuada en el poder, siempre cómplice de quienes saquean al ESTADO y sus recursos.
Vulnerados, empobrecidos, con fuertes complicaciones para mantenerse organizados, la ciudadanía en general vive sus horas más oscuras. La situación se agrava en la periferia social, cuanto más alejado se vive del centro económico, social y político de la geografía norteña, llegando al último rincón de un inmenso territorio donde desprovistos de lo básico, los Pueblos Originarios, marchan a la extinción, junto con los bosques nativos, los recursos naturales y toda otra riqueza propia de esta tierra fecunda.
La desesperación por el vaciamiento del territorio y del modo de subsistencia que estaba disponible para las comunidades del Norte, es aterrador.
Así lo explica el hermano Leo Pantoja, al compartir con IP Noticias, las grabaciones sobre la actual contaminación del Río Bermejo, por citar un ejemplo que viene al caso.
EL ESTADO DE ABANDONO
La Provincia de las soluciones, la atención médica igualitaria y gratuita, de la educación para todos, de la alimentación al alcance de los niños, la que provee agua potable, seguridad, o empleo no existe, ni existió jamás para las comunidades del Chaco Salteño, ni de la Puna, ni ninguna otra en Salta.
Hay al menos dos administraciones distintas, una para quienes se quedan con todo -OLIGARQUÍA DEPREDADORA- y otra que le quita derechos al Pueblo y monta sobre las espaldas de los excluidos, el pesado sistema de riquezas en manos de una minúscula élite, improductiva, injusta, egoísta, rapaz y violatoria.
Esa oligarquía tiene pleno acceso al sistema de créditos blandos que el Gobierno les otorga para sus emprendimientos, sus complejos finqueros, sus arrebatos empresariales.
También acceden a los planes de viviendas sociales, a los puestos laborales de la administración pública, a los cargos políticos, a los recursos hídricos y a las tierras fiscales, con absoluto apoyo de la decisión política de turno.
Arriban desde las candidaturas en los Partidos a los que cierran para unos pocos pero que se sostienen en las anchas bases militantes, llenas de pobres que consideran tener una oportunidad en la que siendo representados, reciben las migas que caen al suelo, desde las mesas opulentas de los ricos.
Salta, jamás se pensó a sí misma con todos y todas, en pleno ejercicio de la democracia. A tal punto que los sectores más vulnerables no tienen sus referentes en puestos de conducción, decisión o manejo del poder.
AISLADOS, ESCLAVIZADOS Y HARTOS
Hay un adagio que debe haber sido escrito, muy probablemente con la punta del látigo que empuñaba el infame de Robustiano Patrón Costas, ocupa de lujo, apropiador, delincuente y golpista de la historia argentina y padre de las desgracias y el hambre en los ingenios azucareros del norte. Eso tan de la ideología del medio pelo salteño «aquí las cosas se hicieron así siempre» empieza a querer deteriorarse frente al hartazgo de los sometidos.
El silencio impuesto a aquel que vive cabeza gacha, ñata al surco, de sol a sol, quiere quebrarse por la bronca y el grito atragantado. Está al nacer una revolución cultural, con la palabra, el concepto y la ideología, de lo que llamaremos en este medio; RECUPERACIÓN.
En este contexto de tensiones sociales crecientes, hace unas semanas que se observa a los principales referentes indígenas del norte, expresarse en su propio idioma, al hacer visibles las problemáticas que aquejan a las comunidades originarias.
En el énfasis del «BASTA» hay mucho más que el derecho a la identidad cultural, la libre expresión, radica ante todo la profunda convicción a resistirse ante la perpetuidad de la esclavitud porque esa condición que abolida en el siglo XIII siguió vigente en la actualidad a través de un sistemático, adrede y continuo modo de desculturización a través de la discriminación social, la estigmatización y el prejuicio por ser originarios.
Tal la condena que al indígena, cuyo pensamiento no es individual, sino colectivo, le cuesta imaginarse a sí mismo como líder.
En tanto que el criollo, el «gringo» como le llaman, se piensa como dueño absoluto del TODO, ajeno, como bien queda demostrado con cada Gobernador, históricamente y que por sus torpezas y constantes distracciones, con Gustavo SÁENZ queda más evidenciado.
La tensión OLIGARQUÍA DEPREDADORA y PUEBLOS ORIGINARIOS, está toda la lucha no resuelta en SALTA, en estas jóvenes décadas del siglo XXI.
Sujetos pensados y no pensantes, las élites logran ganar las batallas culturales por la apropiación de la palabra, el manejo de los medios comunicacionales y las herramientas del adoctrinamiento como es la educación. Con esto es que deforman la consciencia de los Pueblos y manipulan en su provecho, todas las realidades.
FINANCIAR AL ENEMIGO
Cabe acotar un dato reciente de vital importancia; los fondos nacionales enviados a GUSTAVO SÁENZ para que dote de acceso al agua potable, los alimentos y la medicina a los Pueblos Originarios en el contexto de la pademia por covid19, cuestión que todavía irresoluta no constituye en sí un error por inutilidad, sino un objetivo claro y ordenado que la administración bajo órdenes de SÁENZ cumple en detrimento de las cientos de miles de víctimas del Chaco salteño y otros poblados de la Provincia han perdido sus vidas o quedaron convalecientes en una situación riesgosa y con muy mal pronóstico futuro.
Esas víctimas son en su mayoría, Niños, Niñas y Adolescentes, por lo que retomando esto de las dos administraciones existentes, cabe considerar que una mirada -para el Pueblo- son pérdidas irreparables, dolorosas y evitables, que no encuentran la conmiseración del poder, mientras que desde la élite, es el exterminio que les permite ahorrar dinero que será invertido en otros elementos que les generen mayores ganancias a su clase.
Gustavo SÁENZ, es todo lo malo de un sistema que sólo puede mantenerse con esclavitud, hambre y castigo. Esperar con él que existan valores tales como JUSTICIA, DEMOCRACIA Y LIBERTAD sería tan sólo más tiempo que perder.