DEBATE CON LA PANZA LLENA: EL LUJO DE LA OPOSICIÓN De pretensa Izquierda a la Ultraderecha, los postulados y postuladas están lejos de haber pasado hambre.-

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La oposición se siente dueña del debate porque concurre al mismo con sus posiciones económicas obscenamente ricas, después de haber endeudado al país con el FMI. Y como el peronismo no dejó morir de hambre al Pueblo, entonces, la ultraderecha se siente con impunidad de reclamos.

Si Bullrich está muy segura de revertir la crisis económica que aqueja al país por qué, siendo parte del gabiente nacional con Macri presidente, no se opuso al endeudamiento con el FMI, por qué no fortaleció la lucha contra el crimen organizado que padece Santa Fe cuando estuvo como ministra del área del 2015 al 2019, en lugar de ordenar represiones que costaron la vida de jóvenes como Santiago Maldonado, por citar algunos de los gruesos o mejor expresado, graves errores, cometidos con total desparpajo por la gestión cambiemita. La instalación mediática de los discursos y narrativas xenófobas, de odio sostenido, de complicidad con su camarada fascista y opositor, Javier Milei, expone cómo la ultraderecha puja por volver de modo implacable sobre las instituciones de la República con el único fin de destruir por completo desde lo simbólico hasta lo concreto, todo aquello que hoy es Argentina.

No han escondido, ni disimulado, libertarios y cambiemitas, la crueldad planificada, sistemática y metodológica que les producen la funcionalidad del Estado, más aún cuando de cumplir con derechos humanos se tratare, cuando está la cobertura en seguridad social, o cuando la Salud, Educación, se convierten en los dos servicios públicos y gratuitos presentes ante la demanda ciudadana. No es un dato menor que prometan quitar las viviendas sociales a quienes con mucho sacrificio accedieron a un hábitat digno, ni tampoco causa estupor, escucharlos prometer al poderío económico, acabar con el Derecho laboral y las conquistas sociales que sostiene la representación sindical en la que se amparan los trabajadores y las trabajadoras. No es un secreto que Bullrich y Milei son almas gemelas que tienen un asco compartido cuando ven que el país funciona, a pesar de la deuda, la inflación y la suba de precios, todas consecuencias de un trato luciferiano con el Fondo Monetario Internacional.

A Milei le resulta placentero encender una motosierra, sin medidas mínimas de seguridad sobre sus propios simpatizantes, para figurar la ferocidad -no de un animal noble como el león- sino, la patología de un general nazi, dispuesto a prender hogueras y cámaras de gas, para condenar a personas que no sean de su agrado. ¿Por qué no lo ha hecho hasta ahora? Pues hay un Estado, primero de Derecho y luego político que se lo impide.

No está muy lejos de este show perverso y sucio de la ultraderecha, aquella Izquierda de Bregman que sale a coquetear y chicanear a Milei para hacerse de un poco del foco atencional mediático que está tan entretenido con el fascismo. No descubren el agujero del mate, con esta táctica, porque a la vista está que todas las falsas luchas y banderas que sostienen buscan mantener el mercado de esclavos de la pobreza. Esa miseria que lejos están de aportar soluciones concretas y las que dejan existir para sostener las utopías partidarias sin ambición de dirigencia real, menos todavía de administración estatal.

Luego, asoma una posición incoherente, falaz e igualmente gorila como la de Schiaretti cuya única experiencia es la de una Córdoba tan perjudicada que de radical a macrista y de ahí a aliancista, la fue probando a todas, mientras se apaga el esplendor sojero en la provincia donde la verdadera industria es el conocimiento y el consumidor estrella, el estudiantado universitario. No obstante, convertido en un «meme» el dirigente que Randazzo eligió como obra de caridad, no es más que otro oferente del neoliberalismo mareado.

Los denominadores comunes de estos postulantes no están en la agenda de la población y cuestiones como: tierras, Pueblos Indígenas, género, derechos y garantías, Constitución, economías regionales, soberanía energética, alimentaria, comunicacional, por citar algunas, ni siquiera forman parte de sus pensamientos como personas en aspiración al cargo de Presidente de la Nación. Debatirán sin pensar en el Pueblo que necesita comer, vivir dignamente, trabajar por un salario acorde a Convenios Colectivos, con acceso a Salud, Educación, Vivienda y Seguridad, de modo igualitario. Da miedo, el grado de impunidad de la oferta electoral de esa rancia oposición de ricos obscenamente.


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