DROGÓ Y ASALTÓ A 34 VÍCTIMAS USANDO LAS REDES SOCIALES Los hechos ocurrieron entre febrero de 2015 y mayo de 2019.

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El perpetrador de estos hechos, se valía de perfiles creados en redes sociales para conectarse con hombres y pactar encuentros personales: cuando estaba dentro de sus hogares, colocaba en las bebidas de las víctimas un somnífero y, una vez que se quedaban dormidas, robaba los elementos de valor que encontraba.

La Fiscalía General Nº7 ante los Tribunales Orales en lo Criminal y Correccional pidió  ocho años de prisión para el hombre acusado de drogar y robar a sus víctimas, a quienes conocía a través de redes sociales. De acuerdo a la acusación, fueron 34 hechos ocurridos entre febrero de 2015 y mayo de 2019, todos en la Ciudad de Buenos Aires.

El hombre fue acusado por 32 casos de robo simple y dos casos de robo con armas. Está detenido desde 2019, cuando fue identificado mediante el entrecruzamiento de información realizado por la Secretaría de Investigaciones Penales (SIPE) de la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (UFECRI), que tiene a su cargo el fiscal José María Campagnoli. Los requerimientos de elevación a juicio fueron firmados por los fiscales Lucio Herrera y Martín López Perrado.

La fiscalía, a cargo de Oscar Ciruzzi y representada por la auxiliar fiscal Bárbara Seghezzo, comenzó su alegato haciendo un repaso del “modus operandi” que tenía el acusado. Se explicó que Matías Quiroga se valió de diversos perfiles creados en redes sociales como Facebook, Tinder, Hornet, Grindr y Scruff para conectarse con hombres y pactar encuentros personales.

La fiscalía señaló que una vez que accedía a las viviendas, el hombre aprovechaba las ausencias o distracciones que tenían las víctimas para colocarles en sus bebidas una sustancia que las inducía al sueño

Según la acusación, una vez que accedía a las viviendas, aprovechaba las ausencias o distracciones que tenían las víctimas para colocarles en sus bebidas una sustancia que las inducía al sueño. Otras veces directamente se ofrecía a preparar algún trago y era en ese momento que colocaba la droga. Una vez que el dueño de la casa estaba dormido, Quiroga aprovechaba para recorrer el lugar en búsqueda de dinero y objetos de valor. Televisores, celulares, joyas y  computadoras son algunas de las cosas que fueron robadas, además de pesos, dólares y euros en algunos casos.

“Son absolutamente notorias las coincidencias y los detalles que dieron los damnificados en sus relatos: cada uno explicó las circunstancias en que conocieron al imputado y cómo se dieron los hechos”, explicó la fiscalía. El Ministerio Público Fiscal destacó el testimonio de los dos querellantes que se expresaron en la primera audiencia y que tienen patrones comunes con el resto de los casos.

“El modus operandi se mantuvo constante a lo largo del tiempo, desde los primeros episodios de 2015”, indicó la auxiliar fiscal y marcó que, más allá de dos hechos, el resto se trataba de situaciones que había generado el propio acusado a través de distintas redes sociales. Sostuvo que Quiroga se presentaba de forma distinta pero utilizaba para ello los mismos dos nombres y dos apellidos combinados de diversas formas, alterando el orden.

Además del modus operandi, se lo pudo relacionar con los hechos delictivos por la descripción que daban las víctimas de su aspecto físico, específicamente la presencia de dos tatuajes: uno en el cuello y otro en el antebrazo. Algunos damnificados pudieron incluso dar el número de teléfono desde donde habían charlado con él, aunque muchos no pudieron hacerlo pues el acusado les había robado el celular. También están incorporadas a la causa fotografías que Quiroga le mandaba a las víctimas y las filmaciones de algunas cámaras de seguridad de los edificios, donde se puede ver a una persona de características similares con valijas, bolsos e incluso televisores envueltos en sábanas o mantas.

El Ministerio Público Fiscal valoró en su alegato la multiplicidad de los hechos; su gravedad; la utilización de la sustancia narcótica y el estado de indefensión que generó en las víctimas, además de la enorme cantidad de bienes sustraídos.

Otro de los elementos comunes en todos los hechos es la utilización de esa sustancia narcótica que colocaba Quiroga en las bebidas para facilitar los robos. En algunos casos incluso se pudo comprobar físicamente la presencia de la sustancia en el organismo o en las bebidas.

En dos de los casos investigados, esa droga pareció no dar resultado, por lo que el hombre amenazó con un cuchillo a las víctimas. El amedrentamiento incluía también un comentario: si no les daban dinero o si gritaban, Quiroga iba a “llamar a los de abajo”, dando a entender que había otras personas con él y que lo estaban esperando afuera del domicilio.

Utilización de narcóticos y multiplicidad de hechos, entre las agravantes

A la hora de solicitar los ocho años de prisión, la auxiliar fiscal tuvo en cuenta una serie de agravantes: la multiplicidad de los hechos; su gravedad; la utilización de la sustancia narcótica y el estado de indefensión que generó en las víctimas; además de la enorme cantidad de bienes sustraídos.

Ante el juez Gabriel Vega, del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº7, expusieron también dos querellantes que pidieron seis años de prisión cada uno. Luego alegó la defensa, que requirió que la condena no supere el mínimo legal, ya que el hombre había aceptado la autoría de los hechos durante la primera audiencia del debate.

Tras esto, el magistrado Vega comunicó que las últimas palabras del imputado se recibirán el próximo martes 9 de marzo y luego se conocerá el veredicto.


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